La Pastoral Educativa del COLEGIO CORAZÓN DE MARÍA es una invitación al encuentro con Jesús que habita en medio de la comunidad. Desde el carisma inspirado por san Antonio María Claret, que no conoce de fronteras, se realiza esta pastoral como parte del mandato misionero del señor “vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos” (Mt. 28, 19). Es por esto que se entiende también como un modo concreto de evangelización y espacio eclesial.
Para la pastoral educativa la misión de anunciar el Evangelio se nutre en las dinámicas del Espíritu ya presente en medio del Pueblo y de este modo entendemos que “la pregunta pastoral no es de ninguna manera: ¿Cómo hablaremos de Jesús a los hombres de hoy? La pregunta pastoral es siempre: ¿Cómo nos habla Jesús en los hombres y mujeres de hoy? De este modo, auscultando la realidad donde se descubren os signos de los tiempos y los espacios, descubrimos al Dios con Nosotros que interpela y espera de nuestra acción creadora de vida en todos los que componemos la comunidad educativa (niños/as, jóvenes, apoderados, padres y madres, docentes auxiliares, funcionarios, administrativos, docentes y directores).
Es por lo dicho anteriormente que la pastoral educativa se transforma en un eje transversal de la tarea educadora de la institución, pues por medio de ella se otorga sentido a las acciones pedagógicas y formativas en general que resulten ser siempre una acción de profecía para la dignidad de todos y todas, sea cual sea el área o espacio curricular.
Cabe destacar también que la acción pastoral educativa es un constante llamado a la fidelidad del Evangelio que supone conversión, compañía y comunidad. Una conversión que permite evaluar y proyectar estructuras y estrategias lo que sea más urgente, oportuno y eficaz para el anuncio encarnado del evangelio. Una compañía constante que se hace acompañamiento, para que acrecentemos en todos la certeza de Dios que “Camina con su Pueblo”. Todo estopara llevar a una vivencia más plena de la koinonia que es el modo concreto en que la iglesia acoge y vive la misericordia con todos desde el ejemplo de Jesús que velaba por la dignidad y la fraternidad entre la gente de su tiempo.
Decimos finalmente que todo este proceso es gracias a una acción trinitaria, pues la misión del Padre que revelo en Jesús continua en nosotros por la acción libre del Espíritu que suscita en los “amigos de Dios y profetas” (Sab. 7,27) en la historia. Es también constante la mirada al Corazón de María, donde habita la Palabra que inspira, motiva y orienta, haciendo resonar siempre que nuestra tarea es “hacer todo lo que él diga” (Jn 2,5), para que la Vida sea en abundancia.